Este licor vibrante se elabora macerando en alcohol las cortezas de la naranja Lahara, una variedad amarga de la isla de Curaçao. Se diferencia de otros licores de naranja por su perfil de sabor único, más complejo y menos dulce. En coctelería, se usa para aportar notas cítricas intensas, dulzor y, en su versión azul, un color espectacular a cócteles como el Blue Hawaiian o el Margarita.