La manzanilla es una planta popular, valorada por sus flores con toques de manzana y hierba. Se consume mayormente en infusión por su efecto relajante y sabor aromático, ligeramente dulce y amargo. En coctelería, se usa para infusionar licores, crear siropes o tés fríos que aportan un perfil floral y calmante a los tragos.
Es un jarabe concentrado no alcohólico elaborado con infusión de manzanilla (chamomile), azúcar y a veces limón u otros aromatizantes. Tiene un sabor suave, floral y ligeramente dulce, y se usa en coctelería como ingrediente para aportar notas herbales delicadas a bebidas con o sin alcohol. Puede hacerse de forma casera con 500ml de agua, 300g de azúcar y 50g de flores de manzanilla secas (o 4 bolsas de te), cocinando a fuego lento durante 20 minutos y colando la mezcla.