Es una bebida alcohólica que se hace fermentando mosto de uvas (blancas o tintas, pero sin las pieles), dándole ese color clarito. Su sabor va desde seco y fresco hasta dulce y afrutado, según la uva. En coctelería se usa para dar un toque ácido, frutal o seco, aportando complejidad a tragos como spritzers, sangrías o cócteles con fruta.